Los monárquicos pueden tener la sensación de que Meghan Markle está destruyendo deliberadamente la imagen de la familia real británica. No, seamos sinceros, la monarquía británica se enfrenta a su reto más difícil desde la muerte de Lady Diana. Según Time, la familia real invirtió entonces millones de libras y un enorme esfuerzo para recuperar la confianza del público.
Ahora la familia real vuelve a tener problemas, esta vez causados por Meghan Markle. Creo que casi no hay duda de que fue Meghan quien tomó la decisión de abandonar la familia real. Puede que a Harry le pareciera bien, pero la decisión partió de ella.
Una nueva crisis es diferente a la anterior: más invisible, brecha generacional más profunda
La nueva crisis se diferencia de las demás en varios aspectos. Hay que entender que la monarquía británica se enfrenta a desafíos de vez en cuando, pero suele salir airosa de ellos. Pero la nueva crisis puede ser mucho más profunda:
- Aunque suene blasfemo, reconozcámoslo: para muchos británicos, el prestigio de la monarquía recae en Isabel II. Y nadie sabe cómo reaccionará la sociedad ante un cambio de monarca.
- La nueva crisis demuestra en realidad el choque de dos culturas diferentes: la cultura libre estadounidense (incluso podríamos decir global) y la anticuada cultura británica.
- El problema es que, a medida que el mundo se globaliza, la generación más joven de Gran Bretaña se parece cada vez más a la gente de la misma edad de Estados Unidos o de cualquier otro lugar del planeta.
- Para estas personas, la historia de Meghan y Harry no es una historia de traición, como parece desde el interior del Palacio de Buckingham, sino la historia de la lucha de una niña por liberarse de la costumbre.
Y puedo decir sin duda que con el tiempo hará un daño muy tangible a la reputación de la monarquía británica.
La monarquía británica debe seguir existiendo
Cuando la gente discute sobre si Gran Bretaña está preparada para una república, se olvida de que muy a menudo el monarca británico desempeña un papel decisivo en la resolución de situaciones problemáticas. No voy a ahondar en la historia, solo pondré el ejemplo más reciente. En agosto de 2019, la reina envió al Parlamento británico a un receso para permitir a Boris Johnson resolver la cuestión del Brexit. Podemos debatir todo lo que queramos sobre si fue lo correcto, pero como los británicos seguían con la intención de abandonar la Unión Europea, puedo decir que era la mejor opción para dejar que el Brexit se produjera.
Así que, de todos modos, aunque la familia real vale unos 100 millones de dólares al año, estoy seguro de que esa cantidad es razonable si se mira desde la perspectiva de la estabilidad política.
