¿Morirá la Casa Club y por qué puede ocurrir?

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Clubhouse se ha convertido en una auténtica bomba en el sector de las redes sociales, con varios cientos de millones de dólares y 10 millones de usuarios activos. Son cifras impresionantes para una empresa con un año de vida, ¿verdad?

La Casa Club lo consiguió creando una sensación de exclusividad y atrayendo a muchas celebridades a las habitaciones de la Casa Club.

Sin embargo, la aplicación tiene problemas evidentes y por eso perderá una ola de popularidad.

Clubhouse no está recompensando a los nuevos creadores de contenidos

Recordemos algunos éxitos en el mundo de las redes sociales, como Instagram o TikTok. Premian a los creadores de contenido que hacen contenido exclusivo en esa red social.

Es bueno para la red social, para los usuarios y para los creadores de contenidos. La red social y los usuarios obtienen contenidos únicos, y los creadores de contenidos consiguen desarrollar su potencial y hacerse famosos.

El problema es que Clubhouse no premia a los nuevos creadores de contenidos, sino que se dirige a los autores populares.

Cuando Ilon Musk o cualquier otra celebridad inicia una sala, consigue muchos oyentes. Sin embargo, supongamos que sueñas con dar conferencias online, pero aún no eres conocido. En TikTok, Instagram, YouTube o Twitter, puedes publicar contenidos aunque inicialmente no sean populares. Sin embargo, siempre tienes la posibilidad de que se haga popular en el futuro.

Sin embargo, Clubhouse es muy similar al streaming cuando su contenido es en directo. Y a nadie le gusta hablar en el vacío, así que después de unos cuantos intentos, la gente simplemente deja de hacer contenido.

Así que sí, Clubhouse es bueno como lugar para conocer a los famosos, pero malo como red social.

La casa club es una mala manera de aprender

Lo que parece una gran idea es estar en la misma habitación con alguien cuya opinión te interesa y hacer las preguntas que te interesan.

Sin embargo, en la práctica, la Casa Club no es el mejor lugar para estudiar porque no hay registros, por lo que no se puede aplazar el contenido y volver a él más tarde.

En este sentido, Clubhouse sale perdiendo frente a los podcasts, que puedes escuchar cuando quieras.

La casa club no resuelve un problema real

Analicemos algunas redes sociales para ver qué ofrecen a sus usuarios:

  • Facebook: te ayuda a estar conectado con tus amigos
  • Twitter: le permite compartir sus pensamientos en un microformato.
  • Instagram: te permite compartir momentos de tu vida.
  • TikTok: te permite matar el tiempo viendo vídeos divertidos o interesantes.
  • Twitch: te ofrece ver transmisiones de juegos que te interesan.

Como puedes ver, todas las redes sociales tienen dos características. En primer lugar, son de consumo rápido (excepto Twitch), lo que significa que puedes entrar un par de minutos para hacer o ver una publicación y luego seguir haciendo otra cosa. En segundo lugar, te ofrecen una solución a un problema real (por problema me refiero a una necesidad humana), mientras que Clubhouse te ofrece decidir por ti mismo por qué lo necesitas. Y este es el enfoque equivocado.

La funcionalidad de la Casa Club es fácil de replicar

Sí, Clubhouse fue capaz de hacerse un nombre y convertirse en un nombre conocido para las charlas y conferencias en vivo. Sin embargo, su funcionalidad no es única. No tiene sus influencers que hacen que el público se quede en esta red social, y no tiene un público fiel que no quiera cambiar de sitio.

Si algún presentador famoso se va mañana a otra red social y monta su propia sala, la mayoría de los que le escuchaban irán detrás de él.

Es decir, la Casa Club no es autosuficiente, y éste es su principal problema.